Sunday, March 05, 2006

BENDITA INESTABILIDAD

Les cuento un episodio de mi adolescencia porque es una etapa que siento se me está olvidando y justo ahora la puedo rescatar. Además creo que la narración de este pasaje es relativamente sencillo, en lo que voy aprendiendo a narrar. Después hablaré de tiempos distantes y recientes.

Hubo un momento en la vida que obtuve poder de forma súbita. De pronto descubrí que también se podían hacer cosas de noche y que mis papás no tenían el control sobre cada una mis acciones. Ante esa liberación repentina se gestaron actividades de toda índole; creación, transformación, quietud paradójica, autoempleo y destrucción. Yo y la gente con la que compartí estos descubrimientos y acciones, no nos poníamos a pensar si teníamos muchos o pocos recursos, simplemente usábamos lo que había. El perder una gran referencia de autoridad hizo que cualquier poder autoritario se atenuara. Ahora entiendo porque la gente se hace punk. El ambiente era apropiado para sentirse poderosos, eramos de clase media, y la sociedad dónde nos desenvolvíamos parecía ser pequeña. Aunque para algunas cosas aplicaba el "pueblo chico, infierno grande", para otras se sentía que se podía dominar todo el panorama. Además, en muchas acciones me protegía el anonimato.
Por algún motivo, motivo que rápidamente se perdió en el proceso, requerimos letreros de tránsito. Sí había recato en cuanto a la acción de robar letreros, aún con una referencia borrosa de la autoridad, o tal vez falta de costumbre en cuanto a reflexionar que era lo debido y que indebido. Salímos como a las 3 de mañana con una llave de tuercas. Escogimos una calle oscura con un letrero de alto bonito. Una persona en el volante y una persona junto al poste sosteniendo al encargado de zafar la tuercas. Definitivamente sabíamos que era algo malo, si no, no se hubiera sentido el corazón agitándose, ni el hormigueo en las piernas, ni la cabeza concentrada. Sin contratiempos, no pasó ningún carro, echamos el letrero a la cajuela y vámonos. Aprendimos una lección muy importante, había que llevar algún cajón o banquillo para alcanzar las tuercas con mayor facilidad. Una reja de refrescos sería lo ideal.
Rápidamente nos hicimos más diestros y audaces en el arte. Recuerdo un letrero amarillo con un ciclista que me encantaba, otro de paso de niños, el tan odiado letrero de no estacionarse (cada día más odiado). Llegué a llevarme letreros por llevármelos, como uno de la ruta de recolección de basura y otro de una oficina de fideicomiso de Banrural.
Finalmente quedé satisfecho con los letreros que tenía y surgieron otras actividades nocturnas. Fueron menos de dos semanas de adicción, eso sí, satisfaciendo mi necesidad de letreros cada noche durante ese corto periodo. Espero que sigan en la casa. Ya no he ido a la casa donde los dejé.
Mis clases de psicología barata derivados de la interacción de gente que como adolescente consideras aburrida y sin sentido en la vida indican que este tipo de actividad se llama sociopatía. Mi hermana estudia psicología, pero no tuve tiempo de preguntarle su opinión. Tengo un libro de psiquiatría que me regaló Munguía. Espero que iran conociendo lo que conozco de Munguía a través de este blog, pero los que lo conocen entenderán que es irónico que el me haya dado un libro de psiquiatría, que por cierto data de 1971. El capítulo dedicado a los trastornos de la personalidad dice "Estos individuos sociopáticos muestran un embotamiento moral y ético, una falta de simpatía hacia sus semejantes y una conducta destructiva para el bienestar y el orden social." Parece que me conocían.
No, esperen, hay un diagnóstico que me gusta más. "En muchas sociedades existen subculturas que viven gracias a que en forma constante desafían los códigos sociales habituales; los miembros de dichas subculturas constituyen una clase social separada. Las personas de estos grupos difieren del psicópata o del individuo con personalidad antisocial, en la estructura de su personalidad; actualmente constituyen un grupo aparte en la clasificación de la American Psychiatric Association, con el nombre Conducta en desacuerdo con las normas de la sociedad. En contraste con las personalidades antisociales, los individuos de este grupo son capaces de lealtad afectuosa y sólida hacia otras personas y hacia su grupo." ¡Ese soy yo, a huevo! Tenía toda la intención de criticar al libro y ahora no puedo. Podría ser un poco más llamativo el nombre, como Rebeldía estructurada o Conducta antinormativa, a lo mejor ya lo modernizaron, pero el concepto me encanta.
Escribir esto me está causando muchas más reflexiones de lo que creía, por lo pronto paro aquí, pero antes quisiera contarles un momento reciente que le dio sentido al universo. De repente llegan esas iluminaciones. Sin tener mucho la intención, fui a un concierto de punk. Estaba disfrutando de la fuerza propia del evento, sintiendo el peso de los egos, cuando de pronto el cantante dice que el ya aprendió que no es la sociedad la que lo reprime, si no que la represión venía de el, y que realmente el es libre. Si el pudo darse cuenta de eso, yo también puedo.
Gracias.

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